Ahora que no me oyes, te diré…

Ahora, que sé que no me oyes, que cierras los ojos pensando en mil cosas ajenas a mí, te diré todo lo que no podría decirte.
Te diré que yo sé de tus miedos, tal como tú no tienes idea de los míos. Y que el miedo es bueno, que no hay que tenerlo pero tampoco hay que temerlo, que no debes dejar que te corte las alas ni que sea un freno a tus sueños.
Te diré que sé de tus errores, tal como tú ni imaginas los míos. Pero que los errores son necesarios para crecer, porque la vida es eso, equivocarse una y otra vez hasta encontrar la respuesta, la solución correcta, el camino acertado. Que quien nunca se ha equivocado es que nunca ha vivido. Y que sólo se llega a la meta tras muchos errores, no equivocarse es no haber hecho nada. Lo malo es no perdonarse a uno mismo, un error es un error y debe quedar como eso, no lo arrastres a tu espalda como una carga eterna, es una carga que nadie podría ayudarte a llevar, suéltala, te prometo que más adelante habrá más errores para todos.
Te contaré que habrá cosas que no entiendes y que nunca entenderás, que nadie podrá explicarte, que son cosas que sólo son para vivirlas y no para entenderlas. Y que siempre hay que disfrutarlas, incluso las cosas malas, hay que saborearlas, exprimirlas, como cualquier otra vivencia, porque de todo se aprende y todo es por algún motivo.
Al igual que las personas, todas, incluso tú, aparecen por algo, todo el mundo tiene algo que dar, bueno o malo, que te ayudará o te enseñará algo, porque para eso aparecen, y algo deben aprender de ti o algo le aportarás porque para eso has aparecido tú en sus vidas.
Que a veces los mejores oídos son los de un extraño, porque no juzgan ni toman partido. Al igual que los abrazos que a veces los mejores son los que llegan de quien menos esperas.
Te diré que nunca se está sólo, que siempre habrá alguien que quiera escucharte y apoyarte, aún cuando todo parezca perdido, aún cuando no veas la salida, siempre aparece alguien en el camino que te tiende su mano.
Y que nunca rechaces lo bueno, que todos tendemos a pensar que no merecemos las cosas y no es así, todos, por muy malos que seamos, merecemos cosas buenas en nuestras vidas, porque lo único que nos hace crecer es ver la bondad ajena.
Que no todo el mundo espera algo de los demás, que también existe personas desinteresadas, que las cosas son como son y como nos toca vivirlas y que no hay que darle vueltas a nada, sólo hay que aceptar el camino y lo que te encuentras en él con los ojos y el corazón abiertos, sin miedo y con la curiosidad de un niño para poder disfrutar de cada paso acertado o no.
Que cada uno somos el conjunto de todo lo que nos ha pasado y que si no nos hubiera pasado no seríamos como somos ni llegaríamos donde debemos llegar, y que aún así, somos tal como debemos ser: seres perfectos por los errores e imperfecciones con las que cada día luchamos.
Y te diré que nunca es tarde para rectificar el camino, y que el camino solo te lleva a un lugar mejor y a ser alguien mejor, que para no equivocarse en el paso sólo hay que darlo con buena intención y hacerlo siempre con amor.
Te diré que no tengas miedo a vivir aunque sea difícil, a arriesgarte aunque dé miedo, a disfrutar de la vida aunque parezca imposible, a dar sin pedir ni a recibir sin dar nada a cambio, a abrir tu corazón aunque después duela, porque el único error real es negarse a uno mismo los deseos y no andar por miedo a equivocarse otra vez.

2 pensamientos en “Ahora que no me oyes, te diré…

  1. En mi caso, te diré que me he llevado 3 palos en 2 años. Y el último ha sido y sigue siendo muy doloroso. No cerraré mi corazón, pero lo abriré con mucho más recelo y a quien realmente me demuestro que lo quiere.
    Respecto a los errores, es muy difícil perdonarse a uno mismo. He hecho cosas de las que me arrepiento y me arrepentiré siempre. Ha pasado mucho tiempo y sigo sin ser capaz de perdonarme.
    Y estoy de acuerdo en que somos lo que hemos vivido y nuestros pasos nos han llevado hasta la persona que hoy en día somos. Que ya sea más o menos perfecta, pero está condicionada por todo lo que nos ha pasado.

    Un abrazo 🙂

    • No lo tomes todo en sentido romántico, abrir el corazón no significa enamorarse, sólo ser capaz de querer porque sí, y no necesariamente a una pareja, si no a las personas, a lo que haces, a lo que ves, a todo. Y sí, tienes razón, lo más difícil es perdonarse a uno mismo, pero al menos hay que intentarlo.
      Un abrazo!

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